Dr. Luis Arriaga Valenzuela, S.J. Encuentro con egresadas y egresados en Nueva York, Estados Unidos

Egresados Ibero, Somos Ibero

10 Ago 2022

Somos Ibero

 

 

30 de julio de 2022 – Nueva York, Estados Unidos

 

#SomosIbero Nueva York /Nueva Jersey celebra su Encuentro de Egresadas y egresados en las instalaciones del Consulado de México en Nueva York

 

El Rector de la Ibero, Dr. Luis Arriaga Valenzuela, S.J. estuvo presente en Nueva York durante la reunión de #SomosIbero con egresadas y egresados de la universidad, como también el Dr. Juan Ramón de la Puente, Embajador de México ante la ONU, y el Cónsul General de México en Nueva York, Jorge Islas, quienes conversaron para buscar expandir y fortalecer nuestros programas de vinculación en apoyo a la comunidad mexicana en Nueva York.

Compartimos su mensaje

Estimadas y estimados egresados:

Me da mucho gusto encontrarles aquí, en la ciudad que hoy es su casa, una urbe que se construyó con los sueños y la fuerza de millones de migrantes, y que ahora se nutre de profesionistas como ustedes, que aportan una mirada integral respecto del mundo y la sociedad, gracias entre otras cosas a la formación que tuvieron en la IBERO.

 

 

Me enorgullece constatar que tenemos tantas egresadas y egresados aquí, con el arrojo de enfrentarse a uno de los mercados laborales más difíciles en una de las ciudades más  competitivas del mundo.

Es importante que  sus trayectorias se conozcan en México.   Las instituciones de educación privada, como ustedes saben, no están exentas de la crisis global y, en ese marco,  ejemplos de vida como el de ustedes pueden ser inspiradores para las y los jóvenes que inician apenas su formación académica.

 Asumí hace poco la rectoría de la IBERO y una de mis misiones es contribuir a que nuestra querida alma mater se consolide como una de las mejores opciones educativas en México, a través de un plan de trabajo que tomará su tiempo pero que contempla abarcar todos los frentes de excelencia que caracterizan a una universidad jesuita.

Muy brevemente quiero compartirles que en estos 6 meses al frente de la IBERO he puesto en marcha un plan transversal de 5 ejes estratégicos: excelencia humana integral, incidencia social, internacionalización e interculturalidad, fortalecimiento de la Identidad Ignaciana y eficiencia y sostenibilidad.

 

 

La excelencia humana integral contempla solidez académica haciendo investigación innovadora y pertinente, apoyados por recursos y tecnología de punta y por instalaciones de primera que ayuden a nuestras alumnas y alumnos a explotar su creatividad.

La incidencia social apuesta por abrir varios frentes que en los hechos demuestren que la IBERO tiene la capacidad de incidir positivamente en la movilidad social, en acortar las brechas de desigualdad, en fomentar los valores de la democracia. No sólo en nuestra comunidad universitaria sino en la sociedad en la que trabajamos.

La internacionalización e interculturalidad nos ayudará a formar a nuestras y nuestros estudiantes para la ciudadanía global. De tal forma que sean capaces de hacer propuestas transformadoras aterrizadas en los contextos locales, pero siempre en diálogo con los procesos mundiales.

El fortalecimiento de la Identidad Ignaciana importa porque la manera en que los jesuitas compartimos a nuestra comunidad una mirada de la espiritualidad  que no es ajena a la vida cotidiana ni al resto de las dimensiones de lo humano. Es un medio, una herramienta más, que nos permite construir diálogos que aporten al entendimiento y solución de las grandes problemáticas de nuestro tiempo.

Por último, la eficiencia y sostenibilidad nos ayudarán a asegurar que cada quien cuente con los recursos materiales y humanos tanto cuanto posibiliten desempeñar su trabajo de la mejor forma. Hacerlo así nos va a permite mantener las inversiones en el fortalecimiento institucional, y financiar proyectos innovadores de investigación. A tener a las y los mejores en cada área de la IBERO y a seguir modernizando nuestro campus.

Hasta aquí la exposición de nuestro actual plan de trabajo.

 

 

Ahora bien, siéndoles franco, cuando preparaba esta intervención no dejaba de preguntarme: ¿cómo les puede interesar a la distancia estos objetivos puestos en marcha en la IBERO a nuestros egresados y egresadas que viven en Nueva York?

En lugar de estar viendo a los Mets (salvo que malamente prefieran a los Yankees), ¿por qué escuchar algo que pareciera impacta a quienes participan activamente en la universidad y no tanto a quienes egresaron ya hace tiempo de la misma?

Como seguramente nos ocurre a todos y todas ante las preguntas que la realidad nos plantea en el presente, la respuesta a estas interrogantes está en lo que vivimos durante la reciente pandemia. Pienso que los últimos dos años y medio nos enseñaron que  La emergencia del COVID, con sus secuelas de incertidumbre y duelo, nos vino a recordar que nadie se salva solo, sola; que en nuestra naturaleza está ser profundamente interdependientes; que lo que ocurre en un extremo del mundo puede repercutir en otra latitud; que en momentos de aislamiento, son nuestras raíces y nuestra identidad lo que nos afianza.

La pandemia también nos recordó las inmensas desigualdades en las que vivimos. Ahora nos incomodan cosas que quizá pasábamos por alto y esto debe empujarnos a replantear y mirar críticamente las estructuras y procesos sociales y económicos que reproducen la pobreza y las desigualdades.

El COVID  nos hizo cuestionarnos, también, hacia dónde vamos y cómo lo hacemos.

Por ejemplo, nuestra concepción sobre la felicidad ante la vorágine de la producción y el consumo se reconfiguró. Encontramos la poesía de la vida en aquellas mínimas cosas, como bien decía el poeta chileno Nicanor Parra.

Escribió Meaghen Brown en la famosa columna del New York Times, Modern Love, que ante el caos: “Nos sentíamos culpables de ser felices —teníamos trabajo, un lugar donde vivir y el uno al otro— y nos recordábamos una y otra vez lo afortunados que éramos por haber encontrado este resquicio de esperanza en una época tan oscura y dolorosa.”

Es claro que no todas las personas corrieron la misma suerte que quienes estamos hoy aquí. Por ello es importante reconocer nuestro privilegio, y entender desde dónde podemos incidir, primero en nuestro entorno inmediato, después en sociedad.

Por eso creo que a ustedes, estimados egresados y egresadas, puede interesarles el presente de su alma mater

 

 

Concretamente, lo que queremos es fortalecer una sólida red de apoyo y conexiones desde la universidad y su departamento de egresados. Tener la posibilidad, por ejemplo, de que alumnas y alumnos convivan y aprendan de ustedes, de las y los mejores en sus campos.

Es de mi interés particular que nuestra red sea la mejor de todo México, porque ahí también está un incentivo para estudiar en la IBERO: saber que cuando egresas el mundo laboral que se abre no está constreñido a nuestras fronteras nacionales.

Sé que hoy contamos en esta reunión con personas abocadas a la psicología, la arquitectura, la química, las ingenierías, el diseño, la comunicación, las relaciones internacionales, el derecho.

Poder velar y entender la complejidad de cada campo en el que se desenvuelven, y mejorar las posibilidades de soporte que les podamos ofrecer desde México, es todo un reto para la institución. Quiero que sepan que en la rectoría tienen un apoyo, el objetivo real de estrechar los lazos desde Santa Fe hasta Nueva York.

Lo que buscamos es cambiar antiguos paradigmas: renovar la forma de relacionarnos, modernizar los objetivos educativos y tener siempre la ambición de conseguir lo impensable.

En esta tesitura quiero invitarles a que empecemos a construir juntos y juntas un punto de encuentro. Un lugar donde la retribución abrace su camino y el nuestro, que al final es uno solo. Que ustedes expongan sus necesidades y la IBERO las suyas.

Me atrevo a hablar de esto porque estoy en Nueva York y aquí a todo mundo le encanta donar. No se angustien que nomás queremos empezar una subasta como las que se hacen en Sotheby’s. A ver, Jorge, empieza a traer las pinturas de Tamayo. No se crean.

Sé que ustedes viviendo acá, están al tanto de que las donaciones para las universidades son una constante, y una muestra de gratitud que a la larga se vuelven un símbolo de pertenencia. El claro ejemplo de ello es la universidad jesuita de Santa Clara, radicada en el corazón de Sillicon Valley, donde tuve la oportunidad de hacer una estancia postdoctoral: todavía recuerdo cómo me impresionó y me conmovió la vinculación de las y los egresados con el campus donde pasaron algunos de los mejores años de su vida.

 

 

El dinero es sólo dinero si no se le carga de un sentido y acción positivas, y qué mejor que destinándolo a la educación de un mejor México.

El gran poeta norteamericano, Walt Whitman, escribió una vez sobre Manhattan: “Un millón de personas —modales libres y soberbios—voces abiertas—hospitalidad—los jóvenes más valientes y amables”. Hoy que ustedes forman parte de esa comunidad, acudo a ustedes a expresarles que su alma mater les necesita y que vincularse al presente de la IBERO les puede abrir la oportunidad de seguir conectados y conectadas con un México que sigue necesitando de ustedes. No tengo duda, de que asumir una posición de responsabilidad social integral en un contexto como en el que estamos, puede ser también ocasión de encontrar el sentido y el horizonte que sólo dan los lazos y los vínculos.

En la IBERO creemos que estamos llamados a ser hombres y mujeres para las y los demás. Sé que ustedes lo son y estoy seguro de que contribuir con la universidad que les vio formarse les puede seguir invitando a esa misión.

Muchas gracias a todas y todos.

 

 

 

 

 

 

 

 

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